Lourdes Perlas nació en Barcelona, donde también vive y trabaja. Desde muy joven, su camino se entrelazó con el arte, primero en el taller del pintor Joan Torres Viver, donde aprendió a observar con atención, y más tarde en las aulas de Massana, Llotja y la Facultad de Bellas Artes. Siempre fue el paisaje quien le habló más claro, y desde entonces, su obra ha girado en torno a esa contemplación íntima y persistente.

Su lenguaje principal es la acuarela, aunque también dialoga con el grabado contemporáneo. Con transparencias y trazos que parecen accidentales —pero no lo son— Lourdes va construyendo una narrativa visual donde lo real y lo abstracto conviven con naturalidad. Nada en su trabajo es adorno: hay una voluntad de síntesis, de dejar fuera el ruido, de encontrar en lo esencial una forma de verdad.

Ha expuesto en múltiples ciudades —Barcelona, París, Nueva York, Dubái, Tokio— y su obra forma parte de colecciones y publicaciones especializadas. Fundadora de la Capsa d’Aquarel·les y miembro de la Agrupación de Acuarelistas de Cataluña, su trabajo es, ante todo, una invitación pausada a mirar, a detenerse, a recordar que también el silencio tiene forma y color.